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Sal ahumada de Kamelur® – intensa y aromática

La sal ahumada aporta aromas ahumados a la cocina y confiere a los platos una profundidad especial. Hace tiempo que es un clásico en las barbacoas de EE. UU., y también encuentra su lugar aquí, ya sea sobre verduras a la parrilla, patatas asadas o en guisos contundentes.

Dependiendo de su origen y del proceso de ahumado, varían el sabor y la intensidad. Ya sea ahumada sobre madera de haya, aliso o nogal americano (hickory), cada variedad desarrolla su aroma característico. La sal ahumada es la especia ideal para quienes desean sazonar de manera creativa y descubrir nuevos mundos de sabor.

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Sel fumé

¿Para qué platos debería comprar sal ahumada?

El intenso sabor de una sal ahumada es ideal para la comida a la parrilla. Gracias al ahumado, la sal de mesa desarrolla un sabor potente que realza los aromas tostados de los alimentos a la parrilla.

El aroma a humo también es la razón por la que esta sal, junto con la sal Kala Namak, es una especia popular entre vegetarianos y veganos.

Por ejemplo, se puede utilizar en un guiso intenso de lentejas. En lugar de freír tocino, simplemente sazone con un poco de sal ahumada. Pruébela también sobre verduras a la parrilla; el sabor le encantará. Si es nuevo en el uso de sal ahumada, le recomendamos nuestra sal ahumada alemana. El ahumado con madera de abeto y haya aporta un sabor suave, permitiéndole adaptarse gradualmente a los aromas ahumados perfectos en sus platos. Para un sabor más intenso, puede optar por la sal ahumada pakistaní ahumada con madera de roble.

¿Cómo se elabora nuestra sal ahumada?

La sal ahumada se puede elaborar a partir de diferentes tipos de sal, como sal marina o sal de roca. Lo importante es utilizar sales gruesas para ofrecer al humo la mayor superficie posible.

Igualmente, los tipos de madera utilizados para el ahumado pueden variar. El ahumado en frío o en caliente determina los matices del color de la sal ahumada y la intensidad de su aroma.

Las sales ahumadas se someten a un ahumado de aproximadamente tres, y en algunos casos hasta siete días, sobre madera de haya, roble o nogal americano (hickory). Este proceso es laborioso y requiere mucha destreza por parte del maestro ahumador.

Solo así se pueden producir sales ahumadas incomparables sin el uso de potenciadores de sabor.

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